Hace unas fechas, en la presentación del Plan de Impulso al Vehículo Eléctrico 2025-2030 por parte de la Generalitat de Catalunya, se anunció a bombo y platillo que en 2030 en Cataluña dejarían de circular motos (no coches, ni aviones, ni furgonetas) que tuvieran moto térmico, lo que generó alarma en el sector y entre los usuarios de motocicletas, ante la posibilidad de que se promovieran restricciones para las motos con motores de combustión antes del año 2030 en la Comunidad autónoma catalana.
Ahora la Generalitat de Cataluña ha aclarado que en ningún caso se pretende limitar la circulación de motocicletas de combustión y que todo fue un mal entendido, pero la realidad es que solo hay que remitirse a los vídeos y información facilitada por la misma Generalitat Catalana para ver que no hay ningún tipo de malentendido, que se pensaba prohibir la circulación de motos con motor de gasolina antes de 2030, una propuesta que roza la locura y que pone en valor la distancia entre la clase política y el pueblo.
El plan se centra en impulsar la electrificación de las motocicletas, especialmente en el ámbito urbano. Sin embargo, también se reconoce la necesidad de apoyar la innovación y el desarrollo de soluciones tecnológicas más sostenibles para las motocicletas que realizan recorridos interurbanos, ya que presentan desafíos específicos debido a las limitaciones de peso y espacio para las baterías actuales.
La motocicleta tiene una fuerte tradición en la sociedad y la industria catalana. En el contexto actual de transformación de la movilidad, Cataluña tiene la oportunidad de liderar la evolución hacia un motociclismo más sostenible. Así, el sector de las dos ruedas se ha comprometido a trabajar de manera coordinada con la Generalitat para alcanzar este objetivo.
Los que ya tenemos cierta edad este tipo de propuestas las podemos catalogar cómo ideas del TBO, ese cómic tan difundido sobretodo el siglo pasado y que tenía un inventor el Profesor Franz de Copenhagen que cada semana tenía una idea más loca que la de la semana anterior, pero en ese caso era una publicación de broma y en este caso la idea la han tenido funcionarios pagados del bolsillo de los Catalanes y Españoles, un ejemplo de los payasos que dirigen nuestro futuro (perdón a los payasos que se sientan aludidos).