Prueba Bimota KB4

La Bimota KB4 sorprende desde el mismo momento que te sitúas ante ella, en parado. Pronto te das cuenta de que no se trata de una moto deportiva o sport-turismo al uso.

Esta creación italiana recorre su propio camino abriendo la puerta a un concepto que se sitúa más allá de lo convencional, precio aparte.

Sí, podría ser más potente como deportiva e incluso sería capaz de llegar más lejos si fuera biplaza, como cualquier otra sport-turismo, pero al no ser ni lo uno ni lo otro, casi todo se le perdona…

¿Cómo es la Bimota KB4?

Excelsa. Con una estética que recuerda a las motos deportivas de los años 70 y 80, la Bimota KB4 nos propone una interesante mezcla entre lo clásico y lo contemporáneo.

Como hiciera desde sus comienzos como marca dedicada a crear preparaciones, Bimota apuesta en esta ocasión por animar la parte ciclo de diseño propio con un motor Kawasaki derivado de la saga Ninja 1000SX.

Si a todo ello se sumamos unos frenos y suspensiones de primera línea, el resultado es una moto artesanal cuyo precio se dispara hacia la barrera de los 40.000 euros.

Los tres detalles que más nos gustan de la Bimota KB4

Unos frenos espectaculares

La frenada, como cualquier otro elemento de una moto, tiene la capacidad de ofrecer diferentes niveles de calidades y, por tanto de eficacia.

En una moto como la Bimota KB4, la exigencia máxima es la única que tiene cabida, por lo que Brembo no ha dudado en dotarle de discos, pinzas y bomba de primer orden.

No es por otra razón por la cual tanto la inmediatez en el tacto como el mordiente ofrecido por el conjunto resultan espectaculares, independientemente de la velocidad a la que se ruede con esta belleza.

Puesta a punto de las suspensiones

Traslada lo indicado de la frenada a la suspensión y encontrarás más argumentos que reafirmen el concepto de moto exclusiva, extremadamente cuidadosa con su acabado y rendimiento general.

En este caso es Öhlins el protagonista, con la adaptación y montaje de una horquilla FG R&T 43 NIX30 de preciosas barras anodizadas y ajuste en precarga de muelle, compresión y extensión de hidráulico.

Sobre la pieza que conforma el basculante se monta un monoamortiguador Öhlins TTX 36 con idénticos ajustes que los aplicados a la horquilla, incluyendo la variación de altura para modificar la geometría.

Detalles de acabado

Desde luego, la Bimota KB4 es un espectáculo de moto, donde encontrarás un esmero en su acabado poco corriente entre la gran mayoría de modelos comerciales.

Y aunque esta italiana lo es, la corta serie de su producción artesanal da como resultado un cuidado en cada detalle digno, en ocasiones, de orfebre.

No tienes más que echar un vistazo al ya mencionado basculante, cuyo aluminio ha sido tratado con una delicadeza sin igual, tal y como sucede con las piezas del mismo material que dan soporte al chasis en tubos de acero.

Otros elementos de sujeción o las propias palancas de cambio y freno efectivamente demuestran el lujo en el detalle, sin olvidar el conjunto del carenado en fibra de carbono que le dota a esta moto de una ligereza indispensable para sus objetivos.

Estos no son otros que aportar la agilidad de movimientos necesaria para permitir el despliegue de una conducción más parecida a la de una supersport, contrarrestando la acción de las masas en movimiento propias de a una moto animada por un motor de 1.043 cc.

El hecho de que se trate más de una moto super-turismo que de una sport-turismo convencional radica precisamente en ello, ofreciendo la posibilidad de practicar un pilotaje fluido y decidido abordando virajes y cambios de dirección como asistido por una mano invisible…

Cuando pruebas una moto como esta, te das cuenta que otros posibles errores son capaces de quedar en un segundo plano debido a la capacidad seductora de la propia moto. Si ha pasado con nosotros, también podría suceder contigo…

Puedes Leer la prueba completa en.. https://www.formulamoto.es/bimota/probado-bimota-kb4-detalles/471365.html

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